El Niño Escondido
Los que hemos tenido la fortuna de ser padres o de tener un vinculo cercano con algún niño de nuestro entorno a quien vemos crecer día a día, creo que concordamos en lo fascinate que resulta adherirnos a su mundo mágico, porque realmente es un “mundo mágico” donde se vale curosear, equivocarse para aprender, hacer berrinche tal vez, ser imprudente, reirse mucho y sin motivo, decir siempre lo que se lleva en el corazón o en su mente que generalmente, no coíncide con su estatura, en fin.
Este mundo de incalculable valor guarda, además, sentimientos como ninguno en cuanto a pureza, inocencia, felicidad, sensibilidad y nobleza los cuales no sabría explicar en que trágico momento empiezan a transformarse, a maquillarse, a ocultarse, a reprimirse y finalmente a desaparecer. Tan es así, que en nuestra adultez no logramos recordar este gran tesoro que todos tuvimos en nuestra infancia.
La magia de esta etapa está en:
· Creer que lo imposible puede suceder y tener la certeza de ello aunque te digan que no
· Desear ser un súper héroe que salva al mundo y salir disfrazado sin pensar en el que dirán
· Despertar temprano y con las pilas puestas para jugar, saltar, correr
· Mojarse bajo la lluvia olvidando que puede venir una gripe o un resfriado
· Hablar cuando no te han preguntado
· Reirse a carcajadas de nada o de una “bobada” diría un adulto
· Soñar “que seré cuando sea grande”
· Creer que todos los días creces y eres más grande que los demás
· Perdonar de corazón a tus hermanos y amigos aunque peleas varias veces al día y no guardar rencor
· No darle importancia a ensuciarse la ropa o comer con la mano, a estar peinado o despeinado
· No tener prejuicios con algunas personas que aún no conocemos, todos son iguales
· Ser felices con cualquier juguete sin importar cuánto dinero haya costado (poco o mucho)
· Sentirte bien con cualquier ropa así no combine o no sea de marca y la gente te mire raro
Recuerdan que simple y divertida era la vida. Parece que al crecer no solo dejamos atrás la ropa que ya no nos quedaba sino también nuestra sencillez para vivir, porque a eso vinimos a este mundo a vivir, así de simple.
En este mes de los niños, los invito a re-aprender un poco de ellos, es decir volver aprender lo que hemos olvidado. No temamos sacar aquel niño que permanece escondido tal vez por temores, por inseguridades, por psicorigidez impuesta por el mundo cada vez más exigente que nos absorbe y nos moldea.
Por último, no borremos la sonrisa de nuestro rostro, mientras que un niño puede sonreír 400 veces al día, un adulto muy alegre nisiquiera llega a cien, el promedio está entre 20 o 30 sonrisas al día, muy poco cierto? Ahora te pregunto, cuantas veces al día sonríes? Aprende de “La alegría de los Niños”
¡Cómo alegran los niños
cada rincón de la casa!
Son prolongación y vida,
iluminan las mañanas.
Son perfume de cerezos
el calor de sus miradas,
el sabor de su ternura
inundan de amor el alma.
Sus cabellos despeinados,
sus alborotos y risas,
las caricias de sus manos
son destellos de la vida.
Nunca saldrá de sus labios
la mentira o el engaño,
nos alegran la existencia
¡y alargan nuestros años!
Poema publicado en el libro “Entre plumas y pinceles” de Arjona Delia
Luddy Maireth Caicedo Esteban
PSICOLOGA APOYO AL PROCESO DE DUELO
La magia de esta etapa está en:
· Creer que lo imposible puede suceder y tener la certeza de ello aunque te digan que no
· Desear ser un súper héroe que salva al mundo y salir disfrazado sin pensar en el que dirán
· Despertar temprano y con las pilas puestas para jugar, saltar, correr
· Mojarse bajo la lluvia olvidando que puede venir una gripe o un resfriado
· Hablar cuando no te han preguntado
· Reirse a carcajadas de nada o de una “bobada” diría un adulto
· Soñar “que seré cuando sea grande”
· Creer que todos los días creces y eres más grande que los demás
· Perdonar de corazón a tus hermanos y amigos aunque peleas varias veces al día y no guardar rencor
· No darle importancia a ensuciarse la ropa o comer con la mano, a estar peinado o despeinado
· No tener prejuicios con algunas personas que aún no conocemos, todos son iguales
· Ser felices con cualquier juguete sin importar cuánto dinero haya costado (poco o mucho)
· Sentirte bien con cualquier ropa así no combine o no sea de marca y la gente te mire raro
Recuerdan que simple y divertida era la vida. Parece que al crecer no solo dejamos atrás la ropa que ya no nos quedaba sino también nuestra sencillez para vivir, porque a eso vinimos a este mundo a vivir, así de simple.
En este mes de los niños, los invito a re-aprender un poco de ellos, es decir volver aprender lo que hemos olvidado. No temamos sacar aquel niño que permanece escondido tal vez por temores, por inseguridades, por psicorigidez impuesta por el mundo cada vez más exigente que nos absorbe y nos moldea.
Por último, no borremos la sonrisa de nuestro rostro, mientras que un niño puede sonreír 400 veces al día, un adulto muy alegre nisiquiera llega a cien, el promedio está entre 20 o 30 sonrisas al día, muy poco cierto? Ahora te pregunto, cuantas veces al día sonríes? Aprende de “La alegría de los Niños”
¡Cómo alegran los niños
cada rincón de la casa!
Son prolongación y vida,
iluminan las mañanas.
Son perfume de cerezos
el calor de sus miradas,
el sabor de su ternura
inundan de amor el alma.
Sus cabellos despeinados,
sus alborotos y risas,
las caricias de sus manos
son destellos de la vida.
Nunca saldrá de sus labios
la mentira o el engaño,
nos alegran la existencia
¡y alargan nuestros años!
Poema publicado en el libro “Entre plumas y pinceles” de Arjona Delia
Luddy Maireth Caicedo Esteban
PSICOLOGA APOYO AL PROCESO DE DUELO